Principio #3


Aboliendo en su carne la enemistad, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un nuevo hombre, estableciendo así la paz, Efesios 2:15

Dos en Uno – este versículo contiene muchos temas, ninguno de los cuales se puede resolver fácilmente sin la comprensión del principio #3 – binyan av mitkatuv echad (“contruir un principio de enseñanza basado en un versículo”). Notaras las palabras en corchetes en algunas traducciones. La mayoría de las traducciones deberán agregar palabras para que tenga sentido la interpretación de Pablo puesto que existe un compromiso anterior con la teología de sustitución (la idea que la gracia remplaza la Tora) la cual obliga a leer este versículo de manera que no sea judío. Pero estas traducciones ignoran la exegesis rabínica de Sha´ul. En este versículo, Sha´ul arguye desde un verso en particular a un principio mayor. Construye sobre un pensamiento para llegar a una conclusión mayor. En otras palabras, dice lo mismo dos veces, una en particular y la segunda vez en general.

Veamos como lo hace. Primero Sha´ul dice que Yeshua rompió la pared que nos separaba de la paz con Dios (v. 14). ¿Cómo lo hizo? Lo hizo al cargar con la enemistad entre Dios y el Hombre en Su propia carne. Ahora nos dice el punto. ¿Cuál era la enemista? ¿Era la Ley (como lo traduce la versión amplificada), o era otra cosa? Nota que la introducción de la frase en corchetes [lo cual es] en realidad implica que la enemistad es con la Tora. Pero ignora el tercer principio. EL principio sugiere que Sha´ul realmente solo repite una idea con una idea más grande y más general. Así que la abolición de la enemistad es lo mismo que hacer las dos una sola. ¿Qué nos separa de Dios? Simplemente no puede ser la Ley. Sha´ul mismo nos dice que la Ley es buena y santa. Dios nos da la Ley para que los hombres puedan conocer Su voluntad para nuestras vidas. NO; lo que nos separa de Dios es la desobediencia de la ley. Yeshua toma el resultado de esta desobediencia sobre Si mismo para que las dos partes opuestas puedan tener paz. El nuevo hombre una vez más se restaura al lugar donde puede encontrar paz con la Ley de Dios porque ahora es capaz de obedecerla. Sha´ul arguye desde el caso singular de Yeshua tomando el castigo de los pecadores al caso general que ahora estamos en paz con Dios. Este versículo no tiene nada que ver con remover la Ley de la vida del creyente. Sino del resultado del pecado y el alivio del perdón que encontramos en la sangre del Cordero.

Muchos cristianos malinterpretan este versículo simplemente porque no aplican principios de interpretación rabínica. Tratan al rabino Sha´ul como si fuese un griego llamado Pablo. Aplican categorías exegéticas griegas que nos llevan a dilemas terribles: 1) la Ley es buena pero de alguna manera también es mala, 2) la Ley era para los judíos pero no para los cristianos, y 3) la Ley fue remplazada por la gracia y ahora nos queda una guía “espiritual” basada en nuestras propias apreciaciones del amor. Lo peor de todo, no podemos conciliar que Yeshua práctico la Tora. Necesitamos nuevos ojos, mis amigos. A fin de cuentas, Dios nos los dará – si buscamos.

Principio #3, binyan av makatuv echad, Efesios 2:15, ley, maldición

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