Visión Correctiva

Tú le has dado el deseo de su corazón, y no le has negado la petición de sus labios. (Selah) Salmo 21:2


Deseo de su corazón – ¿En verdad quiso decir David que Dios le concedía todo lo que deseaba? ¿Es cierto que cuando obedecemos Dios nos concederá todos nuestros anhelos? ¿Será que sólo tenemos que “decirlo y exigirlo”?

En el grupo de estudio de Salmos al que asisto, una de las mujeres señaló que cuando sacamos este versículo del contexto de una vida dedicada a los propósitos de Dios, cambiamos todo su significado. La respuesta corta a la pregunta, “¿En verdad quiso decir David que Dios le concedía todo lo que deseaba?” Es “SI.” Dios nos da lo que más anhela nuestro corazón.  Pero si estamos completamente comprometidos a Su servicio y vivimos según Sus instrucciones, entonces vivimos la transformación de nuestros deseos. Se alteran para reflejar los propósitos de Dios. Entonces, cuando Dios nos da lo que deseamos (el cumplimiento de Sus propósitos para Su gloria), no existe ni la más mínima discrepancia entre lo que deseo y lo que Dios quiere que tengamos. Entonces podemos decir, “El me dio todo lo que deseaba.”

Si tomas éste versículo fuera del contexto de la sumisión y la obediencia, entonces es lo mismo que darle a Dios tu lista de navidad, puesto que no es más que un San Nicolás pagano.

Aquí la palabra hebrea es ta´awah. Describe algo que es atractivo y deleitoso. Salomón diría que es un deleite a sus ojos. Claro que existen muchas cosas en éste mundo que deleitan los ojos. La Biblia utiliza esta palabra para describir la tierra fértil, cosechas abundantes y tesoros. La Biblia declara que los justificados verán la concesión de sus deseos (Proverbios 10:24). Así que la pregunta no es sobre la voluntad o capacidad de Dios de cumplir nuestros deseos. ¡La pregunta es sobre lo que nosotros vemos! ¿Qué cosa deleita nuestros ojos?

Ahora hemos llegado al corazón del tema. Pablo, el buen rabino que es, comenta sobre este problema. Nos dice que debemos perseguir solo cosas buenas – esas cosas que son los deleites máximos de la vida. ¿Cuáles son? ¿Qué tal amor, gozo, paz, paciencia, bondad, benignidad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio? (Gálatas 5:22).

Dicho sea de paso, la palabra hebrea ta´awah tiene un homófono (una palabra que suena igual y se escribe igual pero tiene significado diferente). Palabras así son muy comunes en el hebreo puesto que es un idioma solo de consonantes. Así que la combinación T-A-W-H también sucede en otra palabra, una palabra que significa “frontera externa.” Se usa en Génesis 49:26 para describir la frontera más lejana de la tierra. Está en el lugar donde termina mi visión. Eso es interesante. Aparentemente, ta´awah podría interpretarse como el final de mi visión. Lo que encuentro dentro de las fronteras es un deleite para Dios y un deseo para mí. Pero también existen otras cosas. Están fuera de las fronteras – y allí deberán permanecer. Fuera de mi vista. Fuera de mi mente.

¿Qué ves dentro de tu frontera que te deleita a ti y a Dios?

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