Cuerpo de Mentiras
2 de septiembre Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las cuales son: inmoralidad, impureza, sensualidad,..Gálatas 5:19
Cuerpo de Mentiras
Impureza – el griego es akatharsia. Esta palabra viene del kathairo (derivamos la palabra “catarsis”). Aquí Pablo la hace negativa, así que el significado es “no ha sido limpiado”. El trasfondo de kathairo es la purificación ritual. No es la misma palabra utilizada para la pureza de santidad ante Dios. Esa palabra es hagnos (viene de la palabra que significa “parado en asombro.”) ¿Por qué hablaría Pablo de la purificación ritual en vez de hablar de la purificación del corazón? Esto no parece tener sentido. A fin de cuentas, no les escribía a los judíos. Esta audiencia podría desconocer las leyes judías de la purificación ritual. E intenta demostrar el punto de permanecer separados de los pecados del mundo. ¿Por qué no escoger hagnos en vez de kathairo?
La respuesta yace en el trasfondo del Antiguo Testamento de la palabra kathairo. La palabra hebrea equivalente para “purificar” es taher. Se utiliza más de 200 veces en el Antiguo Testamento. En casi todos los casos, es sobre la pureza ritual. Estas son acciones que deben tomarse antes, durante y después de los eventos religiosos. Incluían lavados rituales de manos, preparaciones para sacrificios, oraciones y muchos detalles más. Pero la intención de cada una de estas acciones es señalarnos hacia la santidad de Dios, no de hacernos santos. La Biblia dice una y otra vez que ninguna cantidad de conformidad ritualista de nuestra parte nos hará santos y aceptables a Dios. Solo Dios nos puede limpiar por dentro. Dios hará la limpieza real. El lavará la culpa y el juicio. El perdonará.
Cuando Pablo utiliza la palabra griega akatharsia, el dice que estas personas no han permitido a Dios que los limpie. Aun practican el arte de la auto-justificación. Aun creen que pueden purificarse por sí mismos. Cuando vemos esta conexión, la condenación que Pablo declara sobre su audiencia del primer siglo en verdad nos cae con fuerza. Nuestros rituales religiosos de hoy, como las oraciones recitadas, la comunión sin consagración, el bautismo sin compromiso, celebraciones de Pascua o Navidad, asistir a la iglesia y cualquier otra acción que ejercemos, no reemplazan lo que Dios debe hacer si somos Su pueblo. Sin la purificación de Dios, nada de lo demás importa. Con la purificación de Dios, todo se convierte en una proclamación de que hemos sido lavados por nuestro Creador. De cualquier manera, no se trata de nosotros. Ser purificado hoy significa permitir a Dios que remueva la culpa y el pecado que han contaminado mi vida. Esa es una labor que no puedo hacer por mí mismo.
Pablo condena a quienes creen que pueden llegar a Dios a su manera.
Pero dice más que esto. El utiliza akatharsia en secuencia. La secuencia literalmente es “adulterio, fornicación, akatharsia, lujuria” – cuatro palabras que junta en sus comentarios sobre los pecados sexuales. Las personas que practican el arte de la auto-justificación también violan la soberanía de Dios sobre sus cuerpos. Creen que están en control. Creen que tienen el control. Creen en los derechos del ser humano de decidir su propio destino. Puede ser aborto o relación sexual, creen que la decisión es de cada uno. No han comprendido la consagración ritual a Dios. Así que akatharsia también pertenece al grupo de pecados sexuales. Es la descripción de una vida que se sirve a sí misma.
Hay más. La asociación con quienes son impuros viola la purificación ritual. Así es con akatharsia. Si nos asociamos con quienes se burlan de la soberanía de Dios, nos manchamos con su impureza. Somos impuros por el contacto y el aval implícito. Si no te levantas a favor de la autoridad de Dios, yaces con los impuros. Esto es lo que dice Pablo a la iglesia en Corinto, “Si permites conducta sexual inaceptable en tu grupo, todos comparten la culpa y. la vergüenza.” La impureza es una enfermedad contagiosa. Se esparcirá si no se resiste.
Impureza, ritual, akatharsia, limpio, purificado, justificación, cuerpo, Gálatas 5:19