Prioridades
Una cosa he pedido al SEÑOR, y ésa buscaré: que habite yo en la casa del SEÑOR todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del SEÑOR, y para meditar en su templo. Salmos 27:4
Una Cosa – ¿Cuál es el cosa más importante de tu vida? ¿Cuál debería ser la meta máxima para que la vida valga la pena vivir? Antes que me proveas una respuesta sobre la relación con Dios, considera lo que diría el mundo. Si preguntaras a la persona promedio cual es la cosa más importante de la vida, ¿Qué crees que escucharías? Sin duda alguna, escucharías la misma lista de prioridades que encontramos en Eclesiastés – con el mismo resultado. Justo al final, es o Dios o una pistola en la cabeza. Con la observación de Eclesiastés presente, veamos una vez más en enfoque mental singular.
“Una cosa he pedido al Señor.” En hebreo: akhat sha´alti meet – YHWH. La primera palabra es de ehad. La reconocerás en el Shema. El Señor es uno. Claro, si estuviésemos haciendo exegesis rabínica, conectaríamos estas dos instancias de la palabra. Una cosa pido del Señor Único. De hecho, pido la unicidad del Señor en mí.
Sha´ul dibuja un pictógrafo de control, fortaleza y lo que consume. En otras palabras, pedir es controlar la fuerza de lo que consume – tener autoridad sobre alguien o algo que puede proveerte de lo que necesitas. SI vas a pedir del Señor, te conviene saber lo que quieres. El puede proveer, obviamente, pero presumes sobre Su benevolencia cuando pides, así que debes estar seguro que lo que pides es digno de pedir. David lo comprende, así que pide al Señor algo que no le puede negar – le pide tiempo en la presencia del Único. David desea una cosa. Desea estar con el Único Dios verdadero.
Nuestra era se define por su preocupación apasionada con nosotros mismos. Aun en nuestra religión, el enfoque radica en lo que Dios puede hacer por mí. Quizás no es tan ingenuo (o herejía) como el grupo del evangelio de la prosperidad, pero es aun tan más sutil convertir el celo religioso en auto-mejoramiento. Deseamos que Dios nos convierta en mejores siervos para Su causa o mejorar nuestra comprensión de Su palabra o desarrollar nuestros dones espirituales para la iglesia. Aun con idioma de Dios, el enfoque queda con nosotros. ¡No para David! David solo desea estar en la presencia de Dios, deleitarse en la gloria de Dios y meditar en la bondad del Señor. ¿No supones que Dios honrará esa solicitud sin dilatar? ¿Qué lo complacerá más? Me devuelvo del clamor atemorizante de esos recesos profundos y oscuros dentro de mí cambiando el enfoque de mí hacia El. ¿Quieres salir de la catacumba? Sigue la luz.
Ehad, sha´al, pedir, uno, Salmos 27:4