Regresa a Mi
recordad que en ese tiempo estabais separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel, extraños a los pactos de la promesa, sin tener esperanza, y sin Dios en el mundo. Efesios 2:12
Pactos de la Promesa – “Regresa a Mi,” dice el Señor. El verbo hebreo, shuv, aparece más de mil veces en las Escrituras. Dios toma este tema muy en serio. El ha hecho una promesa y tiene la intención de guardarla, no importa cuánto tome o lo que deba hacer. Encontramos la promesa en los pactos. Existe más de un pacto. Está el pacto con Noe, con Abraham, con Moisés y el pueblo, con David y con Fineas. Dios hace promesas. Levanta tus manos en gratitud. ¿Cómo sería si Dios no hiciese promesas? Adicionalmente, Dios hace promesas que guarda. ¡Regocíjate!
Evidentemente, no todos los pactos son incondicionales. El pacto con Noe es incondicional. La señal del pacto aun permanece con nosotros. Cuando ves el arco iris, puedes recordar la promesa inquebrantable de Dios. Eso es mucho mejor que un cofre repleto de oro. El pacto con Abraham es incondicional. Dios se hizo la promesa a Si mismo. No puede quebrantarse, abrogarse o anularse. Israel será Su pueblo escogido para siempre y El provocará la bendición de todo el mundo por medio de los descendientes de Abraham.
Después está el pacto con Moisés. En Sinaí, Dios establece Su pacto con el pueblo. Este pacto es en realidad la constitución de la nación. En otras palabras, no es una promesa ser escogidos como pueblo de Dios si haces esto o aquello. Esa promesa ya le fue hecha a Abraham. El pacto con Moisés es una promesa que si el pueblo obedece los mandamientos e instrucciones (Tora) estableciendo la nación, entonces Dios los bendecirá de tal manera que cumplirán el propósito de Su escogencia. Dios deseaba convertir al pueblo en un imán de bendición para que las naciones de la tierra vieran las grandes obras de Dios por medio de los hijos de Jacob y regresaran a Él. El propósito del pacto Mosaico es de evangelismo. “Yo te bendeciré,” dice el Señor, “para que otros regresen a Mí”
Sha´ul solo nos da una lección de historia en este versículo. Los propósitos de Dios no han cambiado. El método de Dios no ha cambiado. La meta siempre ha sido traer a las naciones paganas de regreso al pacto de obediencia para que puedan disfrutar paz con Dios, esperanza y plenitud. Sha’ul le recuerda a los lectores gentiles que una vez estuvieron fuera de Israel, pero que ya no son extraños. Han regresado a las promesas del pacto. Eso significa que la expectativa de Dios es que aquellos que regresen vivan bajo la misma constitución que El estableció con Sus hijos en Sinaí. “Regresen a Mi” es igual a “Regresen a las instrucciones que Yo les he dado.”
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