Error de Escriba
No digas a tu prójimo: Ve y vuelve, y mañana te lo daré, cuando lo tienes contigo. Proverbios 3:28
Prójimo – El escriba preguntó, “¿Quién es mi prójimo?” Yeshua contestó con la parábola del Buen Samaritano. Pero donde perdemos un poco del impacto de ésta parábola es que no comprendemos la ironía de que la pregunta venga de un escriba. ¿Por qué? Un escriba debió conocer éste versículo en Proverbios. Utiliza la palabra hebrea rea´ka. Un escriba sabría, esta palabra no se limita al vecino de la casa de al lado, ni de mi tribu, ni de mi aldea o de la aldea como la mía. La raíz rea´ es muy amplia, básicamente significa cualquier persona secundaria en una relación. Se aplica generalmente a cualquiera que ha entrando en contacto contigo. ¿Quién es mi vecino? A quién Dios haya puesto en mi camino.
Igual que la parábola del Buen Samaritano, el proverbio define al prójimo como alguien en necesidad. Eso significa cualquiera en necesidad. No las personas que valoro o las que me lo agradecerán para siempre. Cualquiera en necesidad a quién Dios envíe a mi encuentro es, por definición bíblica, mi prójimo. Si, podríamos argumentar que el niño hambriento en Mongolia no es mi prójimo. Es un embauque de mercadeo que intenta hacerme reaccionar emocionalmente. Pero eso no quiere decir que el niño real que Dios me hace ver no es mi prójimo solo porque existen distancias geográficas. Un prójimo se define solo por dos cosas: la necesidad y un encuentro divino. Cada vez que esas dos cosas entran en contacto en mi presencia, me presento ante el trono como emisario de buena voluntad de Dios.
Como extensión del versículo anterior, este proverbio anula la excusa de las “buenas intenciones.” No existe mañana cuando la necesidad y el encuentro divino se cruzan en el camino. O respondo a la obligación moral que Dios coloca ante mí, o permito que pase de lejos. Y el tren deja la estación solo las veces necesarias antes de dejar de detenerse allí.
Todos asentimos en acuerdo. SI, es la forma que debe ser. Si, es como Dios nos trata. Si, sabemos que tenemos una obligación basada en Su gracia. Pero no tengo suficiente para compartir con otros. Sobrevivo con lo justo. Mi tiempo es tan limitado. Hago todo lo que puedo. Podemos alejarnos con culpa – pero aun nos alejamos. “Regrese mañana cuando tenga más.” ¡Que necios! Nunca tendrás más que ahora para acercarte a la encrucijada entre la necesidad y el encuentro divino. Dios no provocó esta oportunidad en tu vida sin proveer la gracia que necesitarás para cumplirla. “Si está dentro de tu poder” significa “haz exactamente lo que puedas hacer. No más. No menos, Dios no espera que hagas más de lo que puedes, solo espera que hagas lo que en realidad puedes hacer. El único pecado aquí es no hacer lo que puedes cuando puedes. Las circunstancias son digitales. O lo haces, o no lo haces. Esta es una oportunidad de paso/aplazo.
Cuando retengo el beneficio al deferir el bien, peco. Es así de sencillo. Digo al Señor, “Señor, en realidad no creo que Tu gobiernas el universo. No trajiste a mí a esta persona necesitada. Fue un accidente, no tengo obligación de actuar en este momento. Puedo esperar otro momento más oportuno. El destino lo provocará de nuevo si en realidad se suponía que debía suceder así.” En otras palabras, yo decido como gestionar el universo.
¿Quién es mi prójimo? La próxima persona que encuentre que necesite ayuda.
Prójimo, ayuda, rea´, obligación moral, buen Samaritano, Proverbios 3:28