Infierno Vivo
<!– /* Font Definitions */ @font-face {font-family:”Cambria Math”; panose-1:2 4 5 3 5 4 6 3 2 4; mso-font-charset:1; mso-generic-font-family:roman; mso-font-format:other; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:0 0 0 0 0 0;} @font-face {font-family:Calibri; panose-1:2 15 5 2 2 2 4 3 2 4; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:swiss; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:-1610611985 1073750139 0 0 159 0;} /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-unhide:no; mso-style-qformat:yes; mso-style-parent:””; margin-top:0cm; margin-right:0cm; margin-bottom:10.0pt; margin-left:0cm; line-height:115%; mso-pagination:widow-orphan; font-size:11.0pt; font-family:”Calibri”,”sans-serif”; mso-ascii-font-family:Calibri; mso-ascii-theme-font:minor-latin; mso-fareast-font-family:Calibri; mso-fareast-theme-font:minor-latin; mso-hansi-font-family:Calibri; mso-hansi-theme-font:minor-latin; mso-bidi-font-family:”Times New Roman”; mso-bidi-theme-font:minor-bidi; mso-fareast-language:EN-US;} .MsoChpDefault {mso-style-type:export-only; mso-default-props:yes; mso-ascii-font-family:Calibri; mso-ascii-theme-font:minor-latin; mso-fareast-font-family:Calibri; mso-fareast-theme-font:minor-latin; mso-hansi-font-family:Calibri; mso-hansi-theme-font:minor-latin; mso-bidi-font-family:”Times New Roman”; mso-bidi-theme-font:minor-bidi; mso-fareast-language:EN-US;} .MsoPapDefault {mso-style-type:export-only; margin-bottom:10.0pt; line-height:115%;} @page Section1 {size:612.0pt 792.0pt; margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm; mso-header-margin:35.4pt; mso-footer-margin:35.4pt; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} –>
Agosto 2 “y yo lo cortaré de entre mi pueblo; y sabréis que yo soy Jehová.”
Ezequiel 14:8
Infierno Vivo
Cortaré- La frase hebrea que describe reconocer mi pecado como el primer paso al arrepentimiento es ha-karat ha-chet. Literalmente, este es el “pecado que corta”. Estas palabras nos dicen que al menos y que hasta que un hombre reconoce que Dios corta relación por causa del pecado, que el hombre nunca tendrá la motivación ni la disciplina cómo para arrepentirse. ¿No parece eso obvio? Debería de serlo, pero por algún motivo hemos entretenido una seducción teológica que nos enseña que Dios pasa por alto nuestro pecado porque esta tan lleno de gracia y perdón. En realidad no creemos que el pecado es un tema tan serio, especialmente si hemos sido “salvos”. Creemos que Jehová lo ha cubierto todo, y ahora todo lo que tenemos que hacer es tratar lo mejor posible mientras la gracia lima las asperezas.
Veamos Ezequiel de nuevo. “Cualquiera en la casa de Israel…que se separe de Mí, levanta ídolos en su corazón, establece delante de su rostro el tropiezo de su maldad, y luego viene y…para preguntarle por Mí…yo le cortaré.” ¡Espera! Este versículo es para nosotros, no para esos paganos. Somos la casa de Israel. ¿Hemos levantado ídolos en nuestros corazones? Olvide las cosas de siempre- el poder, la fama y la fortuna. ¿Qué con los días de la semana? Hemos hecho un ídolo (algo que se opone ó depone a Dios) de un día en particular- un día que Dios no aprueba? ¿Y qué podemos decir acerca del honor? ¿Honramos a nuestros padres? ¿Creemos en realidad que aquellos que han caminado más tiempo con el Señor tienen algo importante que enseñarnos? ¿Ó somos la generación Disney que creemos que sólo los niños pueden salvarnos? ¿Hemos hecho ídolos del horario, el cronómetro del día? ¿Es más importante el ir de compras que ser ó la televisión la solución a luchas relacionales?
¿Y qué respecto al pecado que le arrojamos a Dios en la cara? ¿Somos inmunes al sentir del Espíritu porque hemos establecido un patrón de desobediencia y esperamos que Dios entienda? ¿Nos encontramos atrapados en un patrón pecaminoso que no podemos romper porque en realidad no queremos? ¿Hemos racionalizado nuestras acciones, transformándonos de autores a víctimas? ¿Jugamos el juego de la culpa? ¿Estamos tropezando sobre los mismo obstáculos porque nos rehusamos a quitarlos del camino?
Dios dice que cortará a ese hombre de Su Pueblo. Esta es la misma palabra utilizada para establecer un pacto. Esto es lo más serio que puede llegar a ser. Si se derrama sangre para hacer el pacto, se derramará sangre para destruir el pacto. ¿Por qué haría Dios algo tan terrible? Él nos dice. “Para que sepan que soy Jehová”. A veces no conocemos a Dios hasta que vemos que Él no comprometerá sus valores, ni se minimizará ni será burlado. Dios dice que pondrá Su rostro en contra de tal hombre. Ve y pregúntale a Caín lo que significa eso. Es un infierno vivo- el estar vivo sin Dios es hambrear el alma a morir. Es vagar sin hogar y sin dirección.
No nos arrepentiremos hasta confrontar lo odioso de nuestros pecados. A veces Dios tiene misericordia y no nos permite ver el panorama completo de nuestra iniquidad. Pero a veces no es tan gentil. A veces toma sangre para que digamos en verdad, “Mis pecados están siempre delante de mi” (Salmos 51:3).
Yo no quiero ser cortado. Pero yo sé que arrojo piedras de tropiezo delante del Señor y les llamo excusas. Sé de inmediato cuando estoy jugando el juego. Hago todo lo que puedo para no reconocer mi pecado. Pero ese comportamiento es el de un necio. Sin ha-karat ha-chet yo estoy en terrible peligro. Dios me pide que regrese a Él. El primer paso es admitir que me marché.
Índice de Tema: ha-karat ha-chet, reconocer el pecado, cortar, Ezequiel 14:8, Salmos 51:3